Aspectos del ambiente interno en el Real Madrid luego de su salida de la Champions y a pocos días de la Final contra el Barcelona. Barcelona ante su similar de celta
La atmósfera en Valdebebas dista mucho de la que se presenció hace algunas semanas.
La eliminación del Real Madrid a manos del Arsenal en la Champions League ha generado un clima sombrío en Valdebebas. Las habituales bromas y risas que se escuchan durante los rondos en las prácticas han desaparecido, reemplazadas por un silencio notable, interrumpido únicamente por el viento que azotaba las instalaciones. La seriedad y la expresión de desánimo fueron características predominantes en la última sesión de entrenamiento antes de retomar LaLiga.
Ni siquiera Carlo Ancelotti, quien suele ser más expresivo durante los momentos de interacción con la prensa, reflejó su habitual disposición. El técnico italiano permaneció en solitario, caminando por el terreno de juego con la mirada baja, una clara manifestación de la decepción colectiva tras la dura derrota en el ámbito europeo. Su única comunicación durante esa parte de la sesión fue una breve charla con su cuerpo técnico.
El ambiente en el vestuario es de desánimo y tristeza. Los jugadores son conscientes de la complejidad de la remontada, pero la sensación de no haber estado a la altura, de no haber podido competir realmente durante los noventa minutos, ha resultado un duro golpe emocional. Ancelotti lo confirmó después del partido, instando al equipo a levantarse y enfrentar una situación que no les es familiar.
Ahora que la Champions League ya es un recuerdo, el Real Madrid se enfrenta a una semana determinante con dos títulos en disputa. Cualquier error en LaLiga frente al Athletic Club y al Getafe implicaría casi entregar el campeonato al Barcelona. Además, la final de la Copa del Rey contra su eterno rival se aproxima rápidamente. El equipo es consciente de la necesidad de reaccionar de inmediato, empezando por el enfrentamiento en el Santiago Bernabéu contra el Athletic, un partido que se presenta como una prueba de carácter tras el impacto negativo europeo.