El amistoso que enfrenta hoy a Polonia con Moldavia nos ofrece un panorama donde probablemente prevalezca un juego pausado y estratégico que determinará la dinámica del encuentro disputado en el Estadio de Silesia.
Este partido se considera principalmente una preparación para los próximos compromisos oficiales. Polonia llega con un repertorio mixto en sus últimas cinco actuaciones, habiendo conseguido dos victorias, un empate y dos derrotas; su más reciente aparición fue una victoria de 2-0 sobre Malta durante la World Championship. A pesar de la victoria, la estrategia de los "Bialo-czerwoni" no se caracterizó por un ataque contundente, sino que priorizó la posesión y la firmeza defensiva.
En sus presentaciones recientes, incluso cuando han salido victoriosos, el equipo no ha mostrado una tendencia hacia marcar muchos goles. Por su parte, Moldavia está en una fase complicada, con tres derrotas, una victoria y un empate en sus últimos cinco encuentros; su encuentro más reciente terminó en una caída por 2-3 ante Estonia, también en el ámbito de la World Championship.
No obstante el resultado, los "Haiducii" no tienden a ser partícipes de encuentros con alta cantidad de goles, pues frente a selecciones de mayor nivel, suelen adoptar un enfoque más conservador, priorizando su orden defensivo sobre la ofensiva.
Este tipo de encuentros amistosos suelen desarrollarse de manera tranquila, ya que los equipos aprovechan la oportunidad para experimentar con tácticas, rotar jugadores y evitar esfuerzos físicos excesivos. Así, disminuye la posibilidad de tener un juego dinámico o de gran intensidad, lo que también limita las posibilidades de que se produzcan resultados abultados.
Además, como anfitrión, es probable que Polonia asuma una postura proactiva, pero sin arriesgar demasiado, mientras que Moldavia intentará mantener una formación sólida para evitar errores que puedan resultar en una goleada.