Este curso no presenta mejoras para el jugador, ya que cada vez que existe la posibilidad de que retorne, surge una nueva lesión que obstaculiza su progreso. Con una temporada casi sin actividad, el FC Barcelona está considerando priorizar su salida durante el verano, y se ha delineado una estrategia destinada a facilitar su transacción.
El defensor danés tiene su contrato vigente hasta junio de 2026; no obstante, la intención del club es liberarse de él en esta ventana de verano. Los entrenadores opinan que sería fundamental que el jugador regresara al campo y demostrara que está completamente recuperado y aún posee la capacidad de desempeñarse a un alto nivel durante un extenso periodo.
Christensen inició la temporada de manera desafortunada, participando únicamente en el primer partido contra el Valencia. Posteriormente, sufrió una baja durante la semana de entrenamientos. Su proceso de recuperación fue prolongado, y cuando finalmente logró reintegrarse al equipo, sufrió una recaída nuevamente durante una sesión de entrenamiento.
El futbolista se lesionó el sóleo de su pierna derecha en el entrenamiento que precedió al encuentro de la Liga de Campeones contra el Atalanta el 28 de enero. Se estimó entonces que la baja tendría una duración aproximada de tres semanas.
Esta nueva lesión ha sido un impedimento para diversas oportunidades que surgirían para el jugador en el mercado invernal. Christensen recibió interés de clubes en Arabia, así como de algunas instituciones europeas, para una posible salida durante dicho periodo de transferencias; sin embargo, sus problemas físicos interrumpieron dichas negociaciones. A principios de marzo, sufrió una nueva recaída, quedando evidenciado que no contará con minutos en este curso, lo que podría complicar aún más su traspaso en verano.
Recientemente se ha mencionado que, en caso de que no logre tener minutos significativos con el equipo que incentiven a los interesados a presentar ofertas, el club consideraría una extensión del contrato por un año adicional.