Ansu Fati, en evaluación en el Mónaco
El delantero empezará un préstamo en el Mónaco con la expectativa de revitalizar su carrera tras varias temporadas aquejadas por lesiones y falta de continuidad.
Con solo 22 años, Ansu Fati deja el FC Barcelona con más dudas que certezas. Su cesión al AS Mónaco implica un cambio significativo que va más allá de simplemente cambiar de entorno: es un jalón vital en una trayectoria que, aunque comenzó con gran brillo, ha sido afectada por lesiones, pérdida de protagonismo y dificultad para mantenerse en forma. Ahora, con un contrato compartido al 50% entre ambos clubes y una opción de compra que asciende a 11 millones de euros, el delantero se prepara para enfrentar un importante desafío.
De promesa a incertidumbre
El traspaso de Ansu al Mónaco se produce en un contexto donde se combinan esperanza y escepticismo. En el Principado, aún rememoran al jugador que estableció récords de juventud en el Barça y que tuvo la oportunidad de portar el dorsal '10' de Messi. Sin embargo, su reciente desempeño —con solo 298 minutos disputados en toda la temporada y varios encuentros sin ser convocado— invita a la cautela. La cesión incluye una opción de recompra valorada en 28 millones de euros, lo que indica que el Barça, aunque le permite salir, no desea perderlo completamente.
Un entorno exigente
Ansu llega a una de las ligas más intensas de Europa y a un equipo que demandará mucho de él. Adi Hütter, el director técnico del Mónaco, es conocido por su enfoque en la preparación física y su estilo de juego centrado en la presión intensa y rápidas transiciones. El extremo se integrará en una plantilla joven y vertical, donde las rotaciones son comunes y la competencia es brutal.
Entre los futbolistas que luchan por minutos se encuentran Eliesse Ben Seghir, de 20 años, considerado uno de los mayores talentos de la Ligue 1, y Maghnes Akliouche, que está afianzándose cada vez más. Además, en el mediocampo, se disputa el protagonismo con nombres como Minamino, Golovin o Balogun. Acomodado en el club, Ansu comienza con desventaja en un entorno que privilegia a los jugadores que forman parte del proyecto a largo plazo.
La clave: reinvención
Para el cuerpo técnico, Ansu ya ha conversado con Hütter, quien le exigió compromiso físico, presión tras la pérdida del balón y llegada desde posiciones más retrasadas. Este enfoque no se aleja demasiado de lo que Flick buscaba en él durante su etapa en el Barça. El inconveniente radica en que la versión más reciente de Ansu —más enfocada a ser mediocampista que un extremo incisivo— no ha mostrado la chispa necesaria. En Brighton, De Zerbi lo alejó de la banda y lo posicionó más centrado, limitando su capacidad para desbordar.
Para consolidar un lugar, Ansu deberá recuperar su confianza, redefinir su papel y sobrellevar la presión de jugar sin margen de error. Se encontrará en un contexto riguroso, pero también en un club que participa en la Champions y que le proporcionará visibilidad internacional si logra rendir al máximo.
Una decisión estratégica para todos
Antes de partir, Ansu firmó una renovación hasta 2028, una movida inteligente del Barça para evitar que regrese en el último año de su contrato si brilla en el Mónaco. Además de los aspectos deportivos, esta operación ha permitido al club liberar masa salarial en un momento crucial para registrar fichajes como el de Joan García o para realizar futuras inversiones.